Este mes de Agosto Ana y yo fuimos a Londres. Ana nunca había estado antes y aunque yo había estado en algunas ocasiones, Londres es de esas ciudades en las que es totalmente imposible aburrirse o decir "es que ya he visto todo lo que había que ver". Así que nos metimos en EasyJet un Lunes por la mañana y aparecimos en Gatwick poco rato después. Vaya tela el Gatwick Express: sesenta y tantas libras por dos billetes ida y vuelta.

Loren delante de las Casas del Parlamento

Nota para posibles visitantes a Londres: im-pres-cin-di-ble la Oyster card para viajar por el metro. Sale muchísimo más barata que ir a pagando a pelo y luego está el efecto molón de ir pasando la cartera por los lectores de tarjetas sin necesidad de sacar la tarjeta. Al final le cogimos el truco y parecíamos londinenses, bueno eso de cuello para abajo, de cuello para arriba era muy difícil ocultar que en realidad somos de londonelzaidin ya que la cara de empanaos y turistas la llevamos a todas partes. Igual que Dos Flores.

Anita en el momento británico

De las cosas que vimos, que no fueron pocas (a Ana incluso se le rompieron los zapatos de tanto andar) nos quedamos sin duda con el museo de Historia Natural. Impresionante tanto el continente como el contenido. No tan popular como la Tate o el Museo Británico pero para flipaos de los bichos como nosotros igual o más interesante.

Tripu y Loren

Mención especial de nuestro viaje fue el encuentro con nuestro más querido Tripulante, que hizo de anfitrión excepcional y nos enseño todo el Soho (el barrio) mostrándonos tanto los sitios más típicos como algunos restaurantes con las tres bes. Un día toco italiano y otro día griego. Muy mediterráneo, sí, pero mejor no preguntéis por la comida inglesa: es casi inexistente si la buscas en restaurantes y por algo será.

Se acaba la diversión

En fín, un viaje muy típico pero también muy recomendable. Si aún no has estado en Londres, no tienes excusa ahora que está a tiro de piedra con compañias low cost. Más fotos en el Flickr de Ana.

También han sido mis vacaciones más largas desde que empecé en Sicem haya por el 2003. Quince días de vacaciones y quince en paro. El lunes empiezo en Yaco y la verdad, tengo bastantes ganas de empezar y cambiar un poco de aires.